domingo, 1 de enero de 2023

A otro año con esos cuentos

Finalicé 2021 en convalecencia postoperatoria y de igual modo inicié 2022: con un costurón de unos 30 puntos y dolores hasta en las pestañas. Hoy comienzo 2023 aún recuperándome. 

En noviembre del 21 recibí un bombazo emocional al enterarme de que tenía un tumor que afectaba a uno de mis riñones. ¡Un tumor!. "En mes o mes y medio tienes que estar operada, me dijeron. Tu riñón está envuelto por un tumor y hay que extirpar ambos". Y, en plena ola de covid, víspera de navidad, yo estaba esperando, cruzando los dedos y tomando todas las medidas necesarias, no contagiarme para que me pudieran operar de urgencia. 

Y así empecé 2022, sin el tumor. Perdón, quería decir que empecé 2022 con un riñón menos y sin el tumor. Y así recibí el primer día del año 2022 sentadita en mi sillón peleándome con el dolor físico y conteniendo muchos miedos y emociones. 

Puedo decir que tengo un cuerpo agradecido, la cicatriz cerró bien, y poco a poco volví a casi una vida normal.  Durante este año me he peleado con mi cuerpo y junto a él para recuperar fuerzas, para evitar el dolor y sentirme ágil de nuevo. También, he luchado con mi subconsciente para que reconociera como bueno, como válido, como bello ese cuerpo que el espejo me mostraba y al que no reconocía. Ha sido duro, muy duro. El viaje de la autocompasión a la autosuficiencia ha sido mi día a día.  Hoy, un año y pico después puedo decir que aún no estoy recuperada físicamente. 

2022 ha sido largo e intenso, lo reconozco. He llorado mucho, a solas y acompañada, unas veces de puro dolor físico, de impotencia por no llegar, por no poder hacer, de agotamiento, cansancio y frustración. Pero, también he llorado de felicidad, de una alegría tan enorme que me dejaba sin aliento. He tenido fuerzas para cambiar de trabajo, para decir lo mucho que quiero a los que tengo cerca, y para reencontrarme con personas que creía lejos (gorrin@s esto va por vosotr@s, os he añorado mucho!!! Gracias, ya que en 24 recibí más amor del que creí merecer. Aún lloro de recordarlo. Os quiero. ¿os he dicho ya que gracias por esperarme y acogerme como si nunca hubiera marchado??). Sigo.

He tomado decisiones, duras, necesarias, arriesgadas, conscientemente y sin dudar. Me he reconocido y reconciliado con la mujer que carga a sus espaldas una mochila de inseguridades, miedos y traumas que sé me acompañarán toda la vida. Me he mirado y ya no siento culpa. Me gusta pensar que mi riñón se llevó la culpa que llevo décadas arrastrando. Así que una cosa por otra. He perdido un órgano vital y gracias a él me he salvado de un cáncer y de una culpabilidad que no me correspondía: "Es un trato justo". Mi fisioterapeuta, que es un amor, me decía un día que toda pérdida física tenía un duelo, daba igual que se tratara de la pérdida de un ser querido o de una parte de nuestro cuerpo, y que yo no lo había hecho, que tenía que despedirme de mi riñón y mostrarle gratitud. Hoy, por fin, puedo decir que he realizado mi duelo. 

La vida va de fases, o al menos, así lo veo. Yo, al menos, puedo reconozco cinco en mi vida, todas ellas empiezan después de un suceso digamos desagradable o una decisión no meditada, excepto la penúltima: enamorarme de Abe, mi compañero desde hace una década. Un amor meditado, tranquilo, maduro, conversado, respetuoso y fácil, muy fácil. (Aquellos que habéis pasado por amores difíciles sabéis de lo que os hablo). Mi compañero, mi maravilloso compañero. La última fase, en la que estoy, empieza con el miedo al cáncer y la pérdida del riñón: soy optimista por naturaleza ("mi alma no está hecha para las penas" que decía una compi de curro), con la pérdida de mi padre aprendía a valorar cada día, con sus pros y sus contras, al día de sol porque era soleado y al de lluvia porque había humedad, en fin, mis cosas, pero si algo he aprendido es quererme mejor y más. 

Y 2022 marchó. Y toca empezar 2023, con alegría, como siempre, haciendo frente a los contratiempos y disfrutando las alegrías, sabiendo que merezco el amor que recibo y que tengo aún mucho que repartir. Toca cuidarse y cuidar, quererse y querer. Bienvenido 2023, al final 2022 no ha sido tan malo.   



lunes, 19 de febrero de 2018




Libros sobre educación que me han gustado.


Según avanzan en edad mis hij@s mi autoconcepto de madre ha ido cambiando, y con él ha cambiado mi forma de educarl@s.  

Recuerdo que cuando decidí ser madre lo que más me asustaba no era la dificultad en enfrentarme a un bebé, a sus horarios, a sus necesidades, ni al cambio que iba a suponer en mi vida, sino si sería capaz de criarl@ con "valores"; sí, valores: el respeto, la tolerancia, el agradecimiento, etc...  los valores con los que yo crecí.
Durante los primeros años en la vida de un/a niño/a nuestra función como padres se basa en cuidar, alimentar, demostrar amor, procurar descanso, salir a jugar, a pasear, ayudarle a dar sus primeros pasos, vitorear sus logros, ... pero después, pasados los tres años y con la entrada al colegio, algunos progenitores empezamos a preguntarnos si la forma en que estamos educando se adecua a nuestra personalidad, si enseñamos a nuestros hijos como nos gustaría hacerlo o como nos han enseñado a hacerlo, si repetimos la forma en que nuestros padres nos educaron o no, y, si esta forma de educación es válida para nosotros, para nuestra familia, para las personas que estamos formando. 

Este debate interior me ha llevado en los últimos años a leer libros de educación, en algunos casos son auténticos manuales, si el niñ@ hace tal, pues tú pascual, si él no acepta tu pascual, pasamos a plan B, C, D, ... como si nuestros hijos se pudieran programar, como si por el simple hecho de ser niños fueran a actuar de manera idéntica. En este periplo de búsqueda de lecturas, me quedo con tres que, sinceramente, me han gustado, y me han ayudado, sobretodo, a ver a mis hijos "como personas independientes y autónomas" y a sentir más respeto por sus opiniones y su visión de las cosas. Ninguno de los tres libros tiene una fórmula mágica, ni consejos paternalistas, ni soluciones rápidas,  y si os animáis a leerlos encontraréis muchas frases que no os gustarán y os harán pensar dónde estáis y dónde no queréis estar dentro de unos años, o al contrario os reafirmarán en vuestra postura. 

Ahí va mis listado de libros sobre educación:

- "Como hablar para que los niños escuchen y como escuchar para que los niños hablen" de Adele Faber y Elaine Mazlish, un libro de apenas 10€, que con unas viñetas muy sencillas nos muestra nuestras conversaciones con nuestros hijos y varias posibles resoluciones de las mismas, es delicioso vernos reflejados así, está escrito con mucho cariño hacia los padres, hacia nuestra capacidad de adaptación, a nuestro cariño incondicional y hacia nuestras preocupaciones. Es un libro recomendado incluso a docentes; fue el primer libro con el que identifiqué que yo repetía con mis hijos las formas educativas de mis padres y que éstas no se adaptaban a mi personalidad y a nuestras necesidades familiares. 

- " La buena adolescencia" de Begoña del Pueyo y Rosa Suárez, como el propio título indica habla de esta etapa "tan difícil" en la que muchos nos vemos arrollados por nuestros hijos, en la que ambos padres/madres e hij@s nos sentimos distantes e incomprendidos los unos por los otros. Es un libro que me ha llegado al corazón; tampoco da moralinas ni consejos, es un libro reconfortante, con una visión nueva de autoridad y disciplina, que en la sociedad actual tienen otro significado diferente al que yo conocía desde niña. Respeto y diálogo son los pilares para la relación con nuestros hijos que condicionan su seguridad, su autoestima, su crecimiento personal y su forma de actúar en el mundo.

- "Líderes de la manada" de Jesper Juul. Es por el momento el único libro escrito por un hombre que me ha gustado hablando sobre educación. Me ha gustado saber que soy "la lideresa" de mi manada junto "el líder", madre y padre son un pack. Me gusta como madre que alguien reconozca que tengo el mando, que comando la vida futura de mis hijos y la presente, pero que hay muchas maneras de ejercer liderazgo y no siempre elegimos la correcta. Debemos ejercer nuestra posición con ternura, con normas, con límites, escucha activa, paciencia y respeto, porrque nuestros hijos son personas competentes y merecen ser tratados como personas. Y lo mejor de todo, es que aunque lo hagamos mal siempre tenemos la oportunidad de intentar hacerlo mejor, es un libro que te llena de esperanza y deja a un lado los sentimientos de culpabilidad. 

Todos los libros, tienen la misma raíz: el respeto hacia nuestros hijos, hacia sus opiniones, hacia sus gustos, sus apetencias, sus hobbies, sus amigos, sus decisiones, su criterio, sus frustraciones, su dolor, su tristeza, todos nos intentan transmitir el valor que supone para nuestros hijos "su familia" y el gran papel que hemos asumido al hacernos padres y cómo debemos gestionarlo de tal manera que eduquemos con responsabilidad y amor. 

Este es enlace una entrevista a Begoña y Rosa, las escritoras de "La Buena Adolescencia" que resume en apenas diez minutos su libro:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-entrevista-begona-del-pueyo-adolescencia/1852512/


martes, 13 de febrero de 2018

Hagamos un "Haiku"



Hoy vamos a crear una nueva sección en el blog:
"Hablemos de libros y literatura".

Ayer Noira, que estudia 1º de la ESO me vino contando sobre los poemas"haikus", sí, yo también quedé boquiabierta, había oído hablar de sonetos, romances, tercetos, cuartetos,etc... y me llamó tanto la atención este tipo de poemas que hemos decidido (Noira y yo) compartirlo con vosotros.

El Haiku es un poema breve de origen japonés, compuesto tan solo por tres versos y con una métrica muy concreta:
- 1er verso 5 sílabas
- 2º verso 7 sílabas
- 3er (y último verso) 5 sílabas.

La explicaron, también, que los haikus tradicionales hablan de paisajes de la naturaleza, de lugares y que los samurais los usaban como método de relajación antes de un batalla. Deben ser leídos despacio, verso por verso, para conseguir el efecto de su contenido.

A las dos ha gustado tanto este tipo de poemas, que hemos compuesto un par de ellos:

                               
 El geranio
 observa desolado
 sus hojas caer.  (Noira 2018)

  




                                                          El sol deslumbrante
                                                          arrasa con la tarde
                                                          el invierno. (Noira 2018)






          Cubo de hielo
          va derritiéndose, 
          sacia mi sed. (Noira 2018)






       
                                                             Perro sentado
                                                             al lado de un árbol
                                                             atardecer. (Noira 2018)



                                                     
Un árbol verde
este frío invierno
mécese lento. (Tábita 2018)





Esperamos que os gusten y queráis poner a funcionar vuestra imaginación para crear más. Os dejamos como remate, uno de Octavio Paz:
                                                  

                                             Hecho de aire
                                             entre pinos y rocas
                                             brota el poema.

Firmado: Tábita Casas y Noira Gaitero.