sábado, 2 de febrero de 2008

El reino de Filípides.

Hoy vamos a hablar de la madre de todas las pruebas atléticas de resistencia y una de las preferidas por los corredores populares, superarte a ti mismo y a su mítica distancia es un reto que pocos corredores populares rehuyen.
“El Maratón”, la prueba en si consiste en recorrer a pie una distancia de 42,195 km, es prueba olímpica en su modalidad masculina desde los primeros juegos organizados en Atenas el año 1896 e inaugurados por el Barón Pierre de Coubertin, en esa ocasión la prueba constaba de 40 km. El ganador de esa primera prueba fue un pastor griego llamado Spiridon Louis que según cuentan corrió obligado y antes de la carrera permaneció dos días en oración y ayuno, por si tenéis dudas en mi preparación nunca he incluido estas dos opciones ni juntas ni separadas.
Esa victoria fue la única que consiguieron los griegos en casa y en los primeros juegos modernos, un carnicero y un zapatero se encargaron de que no pasara hambre ni fuera descalzo hasta el final de sus días, se convirtió asi en un hombre rico después de correr 40 km, por si seguís teniendo dudas yo no he ganado ni un euro corriendo.
Bien otro día hablare de porque se cambiaron los 40 km originales por los 42,195 km, hoy prefiero hablar de la historia y leyenda de la prueba.
Entremos en situación año 490 ad C, primera guerra médica, la batalla que deparaba el desenlace de la guerra tendría lugar en la llanura de Maratón a unos 40 ó 42 km de Atenas, los persas habían jurado que al terminar con los soldados griegos saquearían Atenas, violarían a las mujeres y pasarían a cuchillo a los niños, estos persas siempre tan poco diplomáticos, para evitar eso los griegos decidieron que si las mujeres no tenían noticias en 24 horas del devenir de la lucha ellas mismas sacrificarían a sus hijos y se suicidarían para evitar que los persas cumplieran su amenaza, siempre hay gente dispuesta a fastidiar el entretenimiento de los demás…
Los Griegos ganan la batalla y el general ateniense Milcíades “el joven” decide enviar a un mensajero con la noticia a Atenas el elegido era Filípides que después de combatir se metió entre pecho y espalda los 40 ó 42 km hasta Atenas, por supuesto lo hizo corriendo, en general una de las mayores virtudes de los soldados griegos era su capacidad para correr largas distancias y batallar sin apenas descansar, corrió tan deprisa para llegar a tiempo de evitar la auto matanza que llego agotado y al caer solo pudo decir antes de morir “Niké” el nombre de la diosa griega de la Victoria, ¡ufff! Os habéis percatado que buenos son los de marketing.
Bien hay mucho de leyenda en esta historia es evidente, otras versiones cuentan que la frase exacta que dijo Filípides fue “ne nike kame”, según el historiador Herodoto la gesta de Filípides en realidad fue recorrer la distancia entre Atenas y Esparta de 240 km en dos días con el fin de pedir ayuda a los Espartanos para impedir la invasión persa, nos hubiesen jodido si eligen que la distancia del maratón fuesen esos 240 km, por si alguno se lía en la primera guerra médica el persa malo es Dario I y no Jerjes al que dio sopitas con hondas Leónidas I y sus “300” espartanos.
Esta es la base histórica o de leyenda de la prueba del Maratón, terminarlo es una de las sensaciones mas reconfortantes de un corredor pues correrlo es la mayor amalgama de sensaciones buenas y malas, dolores, euforia, desesperación, alegría, puedes pasar por todos y cada uno de los estados emocionales que existen y repetir alguno, aderezado con todos los problemas físicos que puedas imaginar y alguno mas.
Pero terminas y te crees invencible, da igual que lo termines en poco mas de dos horas, tres, cuatro o cinco, eres invencible y mañana no habrá forma humana de evitar que andes con menos estilo que de costumbre, pero andarás vaya si andarás y en una semana volverás a correr, pues no somos pesados ni nada los corredores.
Un saludo.

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