viernes, 30 de julio de 2010

La ley de Faraday.

Faraday, con sus experimentos sobre el magnetismo, descubrió un curioso fenómeno que acabó convirtiéndose en la “Ley de la Inducción de Faraday”. Dicha ley tiene este enunciado: La fuerza electromotriz inducida en un circuito es proporcional a la rapidez con la que varía el flujo magnético que lo atraviesa.

Es decir: Si tomamos una espira de cobre y por dentro de ella desplazamos un imán, generaremos una corriente proporcional a la velocidad con que movamos dicho imán.
Realmente, gran parte de nuestra sociedad se sustenta en esto tan curioso. Sin ir más lejos, los motores eléctricos, omnipresentes, están basados en dicha ley. Eso por no hablar de los transformadores, más omnipresentes aún si cabe.

A partir de esto, se pueden crear infinidad de cosas más; por ejemplo, las ultramodernas cocinas vitrocerámicas de inducción están basadas en esta misma ley, añadiendo además el efecto Joule.

Si a un imán le colocamos un bobinado de hilo de cobre aislado alrededor, y pasamos por el campo magnético del imán un cuerpo metálico ferromagnético, resulta que en los extremos de la bobina obtendremos una corriente proporcional a la amplitud del movimiento de dicho cuerpo y con una frecuencia igual.

Podemos poner, por ejemplo, seis imanes bobinados alineados uno al lado del otro sujetos por un material aislante, y pasar por delante de ellos seis metales ferromagnéticos, por ejemplo, hilos acerados tensados, de tal forma que pellizcando esos hilos podremos generar corrientes proporcionales a la fuerza aplicada con el pellizco, y con la misma frecuencia. Si esa frecuencia está comprendida entre 20 hertzios y 20 Kilohertzios, estaría dentro del espectro audible del ser humano.

Esa señal, por supuesto, es muy baja, y habrá que amplificarla para que pueda ser oída.

Ayer tuve el honor de asistir a una demostración empírica de ese proceso físico. Fui con mi mujer, para que ella también verificara el experimento.

El experimentador, llamado Mark, mostró a los asistentes una caja portadora de dichas bobinas, repartidas en tres bloques o “pastillas”, con sendos hilos acerados y tensos.
Empezó a pellizcarlos, y pudimos oír los asistentes por los amplificadores el resultado de la experiencia.
Y entonces ocurrió. Parecía cobrar vida la caja. Hablaba, lloraba, reía, gemía en multitud de sonidos indescriptibles, conducidos con matemática precisión por los dedos de Mark, que llevaba las frecuencias producidas a unos tonos graves y agudos a la vez, cálidos, mágicos… la ciencia se había vuelto sueño. Todas las frecuencias a la vez, seis hilos, seis simples hilos realizando una mezcla sonora tal que parecía llevada al paroxismo…
Todos los presentes pudimos ver la transformación de la ley de Faraday en VIDA. No sé si Mary Shelley conocía esta caja cuando escribió su novela, porque estaba claro que originaba algo vivo en manos del experimentador.

Cuando todo acabó, los asistentes, maravillados, abandonamos poco a poco el lugar, conscientes de haber vivido un milagro difícilmente explicable y creíble por los que no asistieron.

Mark, el experimentador, realizó todo el proceso sin inmutarse, sentado siempre en una silla, como si fuera cotidiano para él.

La caja era de marca Fender, modelo Stratocaster.

El experimentador-mago, se llamaba Mark.

Mark Knopfler.

domingo, 4 de julio de 2010

De derechos y torcidos

La semana pasada hubo dos días que Madrid fue "colapsado" por una huelga en el Metro, una huelga en la que no se respetaron los servicios mínimos. Algo más de dos millones de personas usan el Metro en Madrid a diario, qué decir tiene que si esos dos millones no se pueden mover por el subsuelo han de hacerlo por el suelo, la mayoría son trabajadores y no tienen más remedio que acudir a su trabajo. Todos al suelo y a terminar de convertir el tráfico madrileño en un caos nada simpático ni subversivo.
Con mi vaivén mental habitual, pasé del apoyo total a la actuación de los trabajadores del Metropolitano, alguien tenía que estallar ya de una vez, al más profundo cabreo al conocer el "convenio laboral" que defienden y sus tablas salariales anexas. Entre medias, declaraciones de la presidenta de nuestra Comunidad, con sus típicos mensajes acerca de "contubernios" maquinados por sus "enemigos" (innumerables y crecientes), declaraciones en la línea de quien sabe mucho de sainetes de espías casposos al más puro estilo de la T.I.A. Declaraciones de "sindicalistas" que se deben creer aún a principios del siglo XIX, arengando a las masas a llevar hasta las últimas consecuencias la protesta, da igual reventar o matar, pero llegar hasta el final...
En esta ocasión por suerte para mí, lo que últimamente me impide escribir más en el blog y ocupar mi tiempo en otras actividades que tengo desatendidas, también me retrasó en escribir esta entrada. Es una suerte, pues el tiempo me ha hecho ver los acontecimientos con perspectiva, las más de las veces no concederme espacio y tiempo me impide tener la perspectiva necesaria para analizar las cosas.

De derechos
El derecho a la huelga es uno de los logros conseguidos por la clase trabajadora. A finales del siglo XVIII y principios del XIX la vida para los trabajadores no era nada fácil. Esos trabajadores se unieron en sindicatos y lucharon por la mayoría de los derechos que hoy disfrutamos todos los trabajadores que ejercemos en la economía de superficie, los de la sumergida no tienen ese privilegio. Evidentemente la realidad de esas épocas dista mucho de la nuestra, los valores y principios de la sociedad en la que nosotros vivimos han cambiado y en general a mejor. Lo que valía para esos tiempos no tiene razón de ser en los actuales.
El artículo 23 de la declaración universal de los derechos humanos, en su punto 4 habla del derecho de las personas a sindicarse y formar sindicatos, para la defensa de sus intereses.
Otro de los logros de la lucha por los derechos de los trabajadores es la fórmula con la que se establecen las relaciones entre los trabajadores y las empresas. Los Convenios Laborales cumplen esa función, se discuten entre las partes implicadas y se firman con una duración determinada, en ellos se incluyen salarios, derechos, obligaciones y sanciones. Ambas partes lo firman y asumen su cumplimiento por todos los actores durante el tiempo de vigencia del mismo.

De torcidos
En ese artículo 23 de la declaración universal, se habla del derecho de todas las personas a tener un trabajo digno y con las suficientes condiciones de protección.
Creo que fue Martin Luther King quien dijo "mis derechos terminan donde empiezan los del otro", si no lo dijo él estaría bien que corrigierais mi error, no obstante debería ser una norma que nos aplicáramos todos antes de llevar acabo actos que afectan a terceros.
Los trabajadores del Metropolitano tienen todo el derecho del mundo a ponerse en huelga, están completamente legitimados para hacerlo. Pero no tienen ningún derecho a saltarse a la torera la legalidad, esa legalidad dispone que se deben cumplir unos servicios mínimos para que sus derechos no pasen por encima de los derechos del resto. Los sindicatos se quejan y con razón, que los servicios mínimos no han sido pactados entre las dos partes tal y como indica la jurisprudencia, desde la Comunidad de Madrid se les invita a recurrir ante el orden contencioso-administrativo y así todos cumplirían con la Ley... ¡Qué tramposos son nuestros políticos! Saben de sobra que el fallo de los tribunales se puede demorar en un año o más, por supuesto siempre les daría la razón a los convocantes de la huelga, una vez más en vez de pensar en los ciudadanos los políticos solo piensan en ellos mismos... Es lógico que los trabajadores estallen y luchen por defenderse, cuando ven recortados sus salarios para solucionar años de despilfarro por aquellos mismos que han creado los problemas que todos padecemos, ojo sin joder a los de siempre que al final no os sabemos distinguir.
La empresa Metro de Madrid no puede saltarse a la torera parte del acuerdo en forma de Convenio Laboral firmado por ellos mismos, me gustaría saber lo que opinaría esa empresa si la otra parte empieza a incumplir algunas de las cosas firmadas en el mismo Convenio.
Por cierto a las pocas horas del principio del conflicto se filtró el texto del Convenio Laboral de los trabajadores del Metro, ése que me cabreó al leer las tablas salariales. Tengo que explicar por qué me cabreó, evidentemente yo no puedo opinar sobre el sueldo de un maquinista de metro, no sé si es justo o sobrado. A mí me cabreó el salario base de un Técnico de Delineación, que al fin y al cabo si es algo de lo que puedo opinar con conocimiento. Se me ha pasado el cabreo al mismo tiempo que he reconocido la zafia manipulación de la que yo y muchos madrileños hemos sido víctimas, bueno en principio al menos eso han intentado.
Haciendo memoria y haciendo cuentas, creo que el salario de ese Técnico en Delineación del Metro, es un salario digno, acorde con el precio de las cosas y el coste de la vida. En comparación con el salario base del Convenio al que yo pertenezco parece que uno (el mío) sea del siglo XIX y el otro (el de ellos) del siglo XXI. Eso me lleva a concluir que los sindicatos no han realizado un buen trabajo, solo han puesto sus energías en los Convenios más mediáticos obviando los demás, total ¿cómo van a hacer huelga general los trabajadores de los estudios de Arquitectura e Ingenierías de España? En todos estos años de supuesta bonanza económica los sindicatos de la mano de los políticos solo se han preocupado de recibir y repartir subvenciones y por supuesto de salir en las fotos. Mientras los sindicatos se han olvidado de luchar por regular el grave problema de la imposición de servicios mínimos en las huelgas y los políticos se han olvidado de redactar y aprobar una muy necesaria ley de huelga.
En fin sin duda hay que regenerar la clase sindical y la política, pues por incompetencia o por corrupción generalizada se han olvidado de su trabajo, trabajo por el que todos nosotros les pagamos. Como primer paso deberían empezar a pensar que esos sueldos (éstos si son indecentes) que ellos mismos se imponen no son los que sus "empleadores" estarían dispuestos a pagarles.

Bueno os deseo que empecéis la semana con buen pie, yo lo voy a hacer, es una semana importante en la que me voy a quitar un peso de encima y ya podré estar más liberado para pasearme por aquí.
Un saludo.