jueves, 19 de agosto de 2010

Unos días en la playa.

El domingo volví de mis días en la playa. Yo por lo normal no soy mucho de playa, no obstante en los dos últimos veranos la he pisado más que en los últimos veinte, pero tenía una buena excusa, en realidad más de una. En esta ocasión mis hermanas María y Esther, mis sobrinos Lidia y David, suman cuatro buenas razones para poner mis pies en la arena de la playa y correr el riesgo de salir más quemado que la oreja de Niki Lauda.
En total casi cuatro días en tierras de Castellón, adonde volveré en el mes de diciembre para afrontar el maratón de su capital, con el objetivo de terminar un maratón en el año 2010. De esos cuatro días en lo que a correr se refiere una sola tirada de hora y veinte minutos, con un benigno clima que me permitió correr sin demasiadas angustias añadidas a las que llevo durante todo el año. Pero de las cosas del correr ya iremos hablando en otras entradas de aquí al doce de diciembre, fecha del próximo reto.

Mis sobrinos.
En la actualidad y salvo grandes sorpresas inesperadas tengo cuatro sobrinos oficiales, el mayor Rafa que cumplirá años en unos días y que es hijo de mi hermano Rafa, Dani el siguiente en edad que es hijo de mi hermano Alberto, Lidia la niña y David, hijos de mi hermana Esther. Viniendo como venimos de una familia numerosa hay que reconocer que no hemos hecho mucho por la natalidad del país, ellos son el futuro de la familia, si fuera por mí es obvio el futuro que tendría...
Con Lidia y David pasé estos días, rompiendo olas el tiempo que el clima nos dejó y comprobando que los niños de ahora son igual de niños que éramos nosotros, aunque claro con mucha más información. Eso lo de la mayor información no es ni bueno, ni malo, es consecuencia directa de la sociedad de la información en la que vivimos. Pensaba esos días en nuestra oferta visual, la que teníamos cuando éramos pequeños y que se reducía a una pequeña franja en uno de los dos canales de TV que existían, ahora tienen dos canales casi en exclusiva para ellos y las series que nosotros veíamos están desterradas a canales de poca audiencia... Ayer me fijé en los canales de TV que recoge mi TDT, hasta cuarenta, claro que la mayoría sirven para nada y menos. Otro apunte nostálgico, yo veía la TV en blanco y negro...
Lidia es un rabo de lagartija, todo nervios, no puede parar quieta y no se le escapa nada de nada, tiene más peligro que una escopeta de feria y además una memoria prodigiosa. Es un encanto de niña e incluso cuando algo de lo que dice o hace no está del todo bien, su tío no puede evitar dejar escapar una sonrisa. Son las ventajas de ser parte de los mal-educadores, educarles es competencia paterna, je, je, je.
David es la pausa, es capaz de alargar acciones simples de unos minutos hasta convertirlas en tareas de horas. Es un super-poder que a más de un mayor nos gustaría tener, así algunas esperas se podrían rellenar de contenido. Otro de sus super-poderes es jugar con nada o casi nada y pasarse las horas muertas. Tiene un gran mundo interior, ya veremos cómo lo saca y en qué. Pero no os creáis que estamos ante un pachón constante, no, a veces saca su estado alterado y hay que atarse los machos. No lo he dicho, es mi ahijado.
Para alguien como yo, que ya tuvo en su día toda la ración de niños que podía soportar, es una prueba de fuego pasar unos días (pocos) con dos, no me he quemado.

Mis hermanas.
Para ponernos en situación al hablar de mis hermanas, en concreto de estas dos, os contaré que siempre hasta la actualidad en mi casa fueron y son las niñas, esto deja fuera a mi hermana Virginia que era mayor, a mí siempre me ha parecido injusta esa diferenciación pero no era cosa mía.
María, es maestra y de pequeña iba para bailarina, recuerdo todos los tutús y distintos disfraces para sus representaciones que llenaban la casa. Quizás esa sensibilidad que se desprende de su faceta artística, es la que la hizo el centro de vamos a llamarlas bromas, siempre fue muy fácil que nuestra María entrara al trapo y hacerla de rabiar. Con eso disfrutaba por encima de tod@s Esther, la pequeña...
Esther, es evidentemente la más pequeña de tod@s los herman@s. Una de las cosas que nunca se me borrarán de la cabeza en relación con ella, son unos ataques de asma que sufría por una bronquitis siendo muy pequeña. Parecía que se quedaba sin respiración y una noche en que mis padres no estaban, nos hizo pasar las de Caín a mi abuela y a mí... No se lo perdonaré nunca en la vida... Hasta qué punto le gusta a Esther chinchar al personal, lo demuestra que pasando del fútbol se hizo del Barça para chinchar a los Madridistas de la familia, yo estaba encantado una menos del Madrid en la familia...
Los mejores ratos que hemos pasado estos días, son las tertulias de después de cenar, con los niños jugando en el parque de la urbanización con el resto de vecin@s. Bueno cuando esos ratos no se veían interrumpidos por el estado off de la pequeña... La última noche tuvimos sesión musical y la que fue la anécdota con la que más me he reído, todo a resultas de la siguiente canción. Es de Bebe, una cantante que a mí particularmente no me llena ni un poquito, aunque reconozco que la canción está muy bien. María cometió el error de "opinar que la primera frase era contradictoria, y por ello no entendía la canción", pareces nueva hermanita... Así las cosas la peque y yo vimos el cielo abierto para chincharla a nuestras anchas, no sé si pusimos la dichosa canción hasta veinte veces para que reparara en su error... Nada erre que erre, no daba su brazo a torcer y nosotros nos tronchábamos de risa mientras el móvil consumía su batería... Os dejo la canción por si sois capaces de encontrar la contradicción...


En resumidas cuentas, unos días de risas, playa, sol, nubes, gota fría con diluvio incluido, que han servido para terminar de cargar mi batería de cara a la reincorporación al trabajo el próximo lunes, ahora solo descanso y descanso.
Un saludo.

3 comentarios:

Quique dijo...

Bien Abe, tienes que dejar sitio en la playa para los que aún no la hemos catado...Tienes una gran familia, eso es para estar muy orgulloso...

Un saludo
Quique

Tecolinha dijo...

¿por qué no puedo evitar entrar al trapo? mecachis...

Venga, arriesgo: "¿tranquila y feliz?"

Un abrazo.

Beatriz dijo...

Vacaciones y familia puede ser una mezcla explosiva... Me alegro de que la bomba no haya estallado y hayas disfrutado.
¿Qué tal la vuelta "al cole"?
Besos

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